Desc: Un soplo de vida: Dirigida por Michael Squier. Para algunas personas, el surf es una forma de vida. Desde el nacimiento, se les enseña que el océano es un recurso, un lugar de curación y algo a lo que nunca se le da la espalda. La vida de la mayoría de los surfistas consiste en viajar alrededor del mundo en busca de las olas perfectas. Han construido carreras a partir de ello. Sin el océano, sus vidas estarían incompletas. Para los pacientes con fibrosis quística, el océano es algo completamente diferente, es una forma de prolongar sus vidas. Durante años, los investigadores han explorado la conexión entre la fibrosis quística y el océano. Se observó que en Australia, los niños con fibrosis quística que practicaban surf todo el tiempo tenían mejores funciones pulmonares que los niños que no estaban en el océano con regularidad. Atribuyeron esto al hecho de que el alto contenido de solución salina del océano ayuda a expulsar las secreciones de los pulmones. En 2007, los hermanos James y Charles Dunlop leyeron un artículo sobre esta conexión. Siendo ellos mismos surfistas de toda la vida, decidieron hacer algo al respecto. Todo comenzó como una simple idea: hacer que los niños con fibrosis quística surfearan. El resultado fue algo increíble. Los pacientes con fibrosis quística tienen que programar sus vidas en torno a horas de tratamientos respiratorios, terapia torácica y alrededor de 45 pastillas al día para mantenerse saludables. El surf es el único tratamiento que ha demostrado ayudar más que nunca a los pacientes con fibrosis quística. El alto contenido de solución salina del océano actúa como un lubricante natural que limpia los pulmones y facilita la respiración..